Mindfulness: ¿qué es?

Mindfulness: ¿qué es?

El ritmo vertiginoso de nuestro día a día, sumado a una sociedad orientada a la productividad exacerbada, han contribuido a que a las personas se nos haya olvidado conversar con nosotras mismas y ser conscientes del ahora. Ese ahora podría sustentarse en tres elementos: el presente, el silencio y la atención. ¿Somos capaces de parar el tiempo, olvidarnos del entorno y ser? ¿Simplemente ser?
El mindfulness es un término anglosajón que podría traducirse como “atención plena”, cuyo origen es ancestral y muchas veces es confundido con la meditación. Si bien es cierto que esta última requiere de una atención plena, no acapara todo lo que el mindfulness representa.
Según la Asociación Americana de Psicología, el mindfulness es una conciencia, momento a momento, de la propia experiencia sin juzgar; un estado (y no un rasgo) al que se puede llegar mediante la meditación, sin ser equivalente ni sinónimo de ella.
Otra definición similar sería la de Jon Kabat-Zinn, precursor del mindfulness, que afirma que es “la conciencia que surge de prestar atención, a propósito, en el momento presente y sin juzgar”.
¿Cualquiera puede lograr una atención plena? Pues la respuesta, por fortuna, es sí, ya que al tratarse de un estado, la práctica continuada nos llevará a alcanzar esa atención plena.

Beneficios del mindfulness

Muchas son las bondades que se atribuyen al mindfulness relacionadas con nuestro bienestar. Ahora, que tanto se reivindica la salud (y por fin se hace eco la mental), no se nos puede pasar por alto las virtudes que nos aporta esta práctica:

  1. Memoria de trabajo mejorada. Según un estudio publicado en 2010, la atención plena se ha relacionado empíricamente con una mayor capacidad de memoria de trabajo.
  2. Mayor conciencia metacognitiva, o ser capaces de desapegarse de los propios sentimientos y procesos mentales, dar un paso atrás y percibirlos como sucesos transitorios y momentáneos. Esto puede ayudar a disminuir patrones de comportamiento negativo y evitar recaídas de depresión.
  3. Niveles más bajos de ansiedad. Existe una gran cantidad de ensayos controlados aleatorios que respaldan el impacto del MBSR (Mindfulness Based Stress Reduction) y su impacto en el alivio de los síntomas de ansiedad y trastorno de ansiedad social.
  4. Estrés reducido. La práctica de la atención plena se ha relacionado con niveles más bajos de estrés, como reveló un estudio en el que los pacientes con cáncer que participaron en el entrenamiento de atención plena habían reducido significativamente el estrés, además de alcanzar estados mentales más positivos, entre otros beneficios.
  5. ‘Reactividad’ emocional reducida. De nuevo, existen estudios sobre mindfulness que acreditan la «reactividad» emotiva. En un experimento llevado a cabo, aquellas personas con más experiencia en la práctica de la meditación consciente fueron más capaces de desconectarse emocionalmente y enfocarse mejor sobre la cuestión planteada, a pesar de mostrarles en el proceso imágenes impactantes.
  6. Procesamiento de atención visual mejorado. Un estudio de Hodgins y Adair de 2010 demostró que las personas del grupo que practicaban mindfulness mostraron una mayor capacidad de atención selectiva y concentración.
  7. Manejo del dolor físico. Existen investigaciones que indican que el mindfulness contribuye a controlar el dolor subjetivo, el dolor crónico y ayudar a los pacientes a mejorar su calidad de vida.
    Estos son tan solo, siete de los múltiples beneficios que podemos encontrar en el mindfulness. Después de haberlos leído, seguro que te interesa saber cómo iniciarte en esta práctica tan saludable y beneficiosa para la salud.

¿Cómo iniciarme en el mindfulness?

Por supuesto, puedes asistir a cursos que te guiarán en el proceso de la atención plena, como el que ofrecimos desde IPACE a finales de 2021. Sobre este curso puedes leer más al final de este artículo. Pero te adelantamos 10 pequeños consejos para comenzar desde ya:

  1. Escoge un lugar y un horario de manera regular para practicar la meditación, libre de distracciones y molestias.
  2. Organiza tu sesión. Empieza con cinco minutos y ve subiendo hasta los 15 o 40 minutos.
  3. Encuentra una posición confortable, como sentarse sobre el suelo con las piernas cruzadas o sobre una silla con los pies en el suelo.
  4. Controla tu postura, estirándote bien, incluido el cuello, la barbilla ligeramente hacia adelante y la lengua relajada contra el paladar. Los hombros, sueltos, y los ojos cerrados o abiertos, pero en este caso, fija tu mirada en un punto más allá de tus pies.
  5. Respira profundamente para ayudarte a situar el cuerpo y a hacer presente tu presencia en el espacio.
  6. Centra la atención en tu respiración y en los puntos relacionados con ella como la nariz, garganta, diafragma…
  7. Mantén la atención siempre en tu respiración y si la pierdes, vuelve al punto de respiración. No es momento para pensar o distraerse.
  8. Repite los dos anteriores pasos.
  9. Sé amable contigo y no te frustres si en algún momento pierdes la concentración o te adormeces. Si notas cansancio, hazlo con los ojos abiertos y no descuides tu posición estirada (aunque cómoda).
  10. Prepárate para terminar el ejercicio y hazlo poco a poco, abriendo sin prisas los ojos (si los tenías cerrados) y volviendo a tu estado de actividad sin brusquedad.

Nuestro curso de mindfulness y otras técnicas de relajación

Ahora sí, te contamos que desde IPACE ofrecimos un curso presencial y gratuito a finales de 2021 que tuvo una gran acogida. Con un total de 12 horas abordamos aspectos como:
• Definición y beneficios del mindfulness
• Ejercicios de mindfulness
• Respiración consciente. Tipos de respiración
• Relajación muscular progresiva
• Entrenamiento Autógeno de Shultz
• Estiramientos corporales
• Masajes de relajación y antiestrés. Automasajes.
• Reiki y canalización de energías
Si volvemos a realizar nuevas convocatorias te lo haremos saber mediante nuestro blog así que, ¡síguenos la pista y préstanos atención plena!

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