Psicología positiva: es ciencia

niño sosteniendo taza con mensaje positivo en inglés

Psicología positiva: es ciencia

Nos gustaría comenzar este post definiendo lo que no es la psicología positiva:

  • No es una versión reciclada del poder del pensamiento positivo
  • No es literatura de autoayuda no probada
  • No es una religión secular
  • No es infantil o vacua
  • No es inalcanzable o una quimera

¿Por qué comenzamos este artículo de manera tan directa? Dentro de la sobre información en el océano digital es fácil filtrar pensamientos, mensajes y todo tipo de comunicación insulsa-optimista, como sacada de eslóganes fáciles de marcas “de buen rollo”. En principio no parece dañino que todo el mundo se suba al carro de lo positivo, ¿por qué no? ¿Qué tiene de malo? A priori, nada.
El inconveniente surge cuando, de tanto repetir a lo loco y sin criterio, se cuela información sin rigor, lo que en ocasiones desemboca en consignas positivas que, a veces, nos resultan vacías o facilonas. Y ahí corren el riesgo de perder toda su credibilidad y su razón de ser, ignorando el método científico, con el fin de sacar provecho y popularidad.La psicología positiva es, ante todo, psicología, y esta se basa en la ciencia, la cual contrasta las teorías con evidencias.

¿Qué es la psicología positiva?

Mano con pulgar hacia arriba sobre fondo de montañas

La psicología positiva es el estudio científico de lo que hace que valga la pena vivir la vida (Peterson, 2008). Dicho de otra manera, esta disciplina estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas, utilizando el método científico para estudiar los factores que contribuyen a dicho bienestar.
Para ello, en ningún caso se niega ni el dolor, ni la debilidad, ni las patologías. Desde la psicología positiva nos interesa tanto construir cosas hermosas como reparar cosas que no lo son tanto; nos ocupamos tanto de la fuerza como de la debilidad. ¿Acaso no hemos sentido alguna vez presión por no sonreír, por no ser optimista, por quejarnos, por miedo a parecer una persona amargada y tristona? Resulta que una psicología positiva mal entendida puede crear frustración, es decir, que en lugar de ayudar provoque el efecto contrario.
Por eso, desde IPACE, donde trabajamos desde la psicología positiva, nos apetece acercaros con mayor objetividad a esta rama de nuestra disciplina en la que creemos y por la que trabajamos día a día con absoluto método y profesionalidad.
El enfoque de usar el método científico, probar ideas y obtener evidencias antes de sacar conclusiones es lo que diferencia a la psicología positiva de muchos libros en la sección de autoayuda.

El origen de la psicología positiva

Complementar la psicología tradicional con la positiva puede conseguir grandes cosas, sobre todo la de poder cambiar de perspectiva. De este giro puede depender, sin duda, nuestra mejora física y mental.
Ahora bien, cambiar de perspectiva no es algo que se logre de la noche a la mañana: para ello existen técnicas, ejercicios y programas orientados a la psicología positiva que ayudan a lograr cambios, favoreciendo nuestro bienestar y calidad de vida.
El optimismo y la gratitud son actitudes que se pueden aprender y cultivar. De hecho, ya te hablamos de ello en este post de IPACE que te recomendamos lo leas si no lo has hecho ya. En él encontrarás ideas para conseguir una perspectiva más positiva de la vida mediante acciones simples.
Son, precisamente, esos comportamientos cotidianos los que nos pueden ayudar a maximizar nuestro potencial de felicidad. No perdemos nada por probar. ¿Lo intentamos?

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