Claves para unas vacaciones en armonía con tu familia

Claves para unas vacaciones en armonía con tu familia

Las vacaciones son uno de los mayores premios que podemos darnos las personas adultas. Son periodos en los que nuestro cuerpo puede descansar; desintoxicarnos del día a día y, además, realizar actividades gratificantes que no podemos practicar en épocas de trabajo.

Dicho así, las vacaciones están llenas de ventajas, ¿no? Entonces, ¿por qué a veces regresamos con mayor estrés que cuando fuimos? ¿Por qué discutimos tanto con la familia, si se supone que estamos en un ambiente positivo?

Desde Ipace os queremos tranquilizar y haceros reflexionar sobre lo que puede estar frenando nuestro bienestar en las épocas vacacionales. A veces, pensar un poco más allá y hacer el ejercicio de mirar las cosas desde otra perceptiva puede ser la clave para calmar una situación adversa. ¿Empezamos?

Por qué discutimos en vacaciones

Antes de nada, vamos a partir desde la casilla uno para averiguar lo que causa el malestar en situaciones donde debería reinar todo lo contrario. Muchos de los males se pueden evitar si los analizamos antes de partir y nos mentalizamos de cómo ha de ser nuestro comportamiento.

En primer lugar, piensa quién o quiénes han decidido cómo van a ser las vacaciones. Si no se planifican de una manera consensuada entre las personas que van a viajar, es muy probable que las inconformidades vayan aflorando a lo largo de los días. Las discusiones aparecerán, tarde o temprano. Evita unas vacaciones organizadas de forma unilateral.

En segundo lugar, analiza las personalidades de quienes viajan en grupo (familia, amigos…). El mismo plan puede resultar demasiado atrevido para algunos miembros y muy aburrido para otros. Lo ideal es elegir unas actividades en equilibrio con cada una de las partes pero, si esto resulta imposible, deberemos prepararnos para viajar con una mente tolerante y huir de la sobreprotección o de la temeridad (según a qué grupo pertenezcamos). Viajaremos mentalizados de nuestra flexibilidad para con los y las demás.

En tercer lugar, los contratiempos también suceden en las vacaciones. Es frecuente idealizar esta época del año: como estamos sin trabajar, todo lo que nos suceda va a ser perfecto. Sin embargo, estar bajo la presión de horarios para tomar un vuelo, recoger el equipaje, hacer cola para alquilar un coche, no encontrar restaurantes abiertos… todo esto también forma parte de la aventura de las vacaciones. Prepararte para ello te ayudará a poder encajar mejor las adversidades y buscar soluciones más óptimas, sin dramatizar ni victimizarte: “Por qué me pasa esto a mí”, “Para una vez que me voy de vacaciones me sucede esto…”. ¿En serio crees que estos pormenores solo te pasan a ti? Las vacaciones no dejan de ser una parte de nuestra vida y en nuestra vida pasan cosas, buenas y malas. La clave es no desesperar y tirar la toalla a las primeras de cambio. Respiremos y tengamos paciencia. Así sabremos exprimir mejor los buenos momentos que vivamos.

Como ves, gran parte de las discusiones en verano se ocasionan por una falta de comunicación entre el grupo, una planificación poco participativa y excluyente y una idealización del periodo vacacional. Por ello, vamos a proponerte unos consejos para que este año disfrutes de unas vacaciones más armoniosas.

Consejos para disfrutar de las vacaciones sin conflictos

Discusión de pareja
  1. Escuchar. Si nos sentamos a hablar y sabemos lo que quiere cada cual, será más sencillo llegar a un acuerdo antes de partir, con tiempo y con más recursos que si estuviéramos en un entorno ajeno a nuestra rutina. En el segundo caso, lo más probable es que acabemos discutiendo y prolonguemos el malestar a lo largo de los días.
  2. Conocernos. Cada cual tiene su personalidad: sabemos que hay quienes guardan más rencor, otras personas son más positivas y resolutivas; más o menos habladoras… todos esos rasgos de personalidad los tenemos que asumir si queremos viajar en grupo, bien sea en familia o entre amigos. Tener presente esa diferencia grupal te ayudará a abrir la mente y a anticiparte a los problemas que puedan surgir.
  3. Sin soberbia. Nadie se libra de equivocarse, nos sucede a todas las personas y es más que probable que en algún momento perdamos el control. En lugar de enquistar más la situación, reconocer los errores y disculparnos suavizará las discusiones y ayudará a que las demás personas tomen ejemplo y pidan perdón cuando sean ellas las que se equivoquen.
  4. Somos importantes por igual. Si cada persona que viaja se hace responsable de una tarea, por pequeña que sea, le hará sentirse una pieza clave en las vacaciones. Además, la propia designación de actividades, como lavar los platos, recoger el dormitorio o hacer los recados será muy útil para no discutir cuando llegue el momento de poner orden en el alojamiento.
  5. Respetar el espacio. El hecho de viajar en compañía no significa que todo el mundo deba hacer las mismas cosas todo el tiempo. Es decir, las personas se pueden dividir: el padre puede ir a la playa por la mañana mientras su pareja se queda en el apartamento leyendo; quedar para comer y compartir la tarde, por ejemplo. Nos han enseñado a que los grupos familiares (especialmente las parejas) han de hacer todo igual porque “son uno”. Pero no son un ente indivisible, son dos personas con inquietudes y gustos distintos que pueden convivir en absoluta armonía, gracias al respeto y la tolerancia.

Desde Ipace te deseamos unas vacaciones llenas de equilibrio y bienestar, tanto si te vas fuera como si decides no moverte de tu casa. Tampoco está nada mal aprovechar la tranquilidad para descansar, reflexionar y crecer interiormente. Si ese es tu plan, no dejes de practicar el mindfulness, la gratitud o marcarte unas expectativas realistas de cara a septiembre.

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