Qué es la incertidumbre

Qué es la incertidumbre

Nos pasa a todas las personas. A veces, nos invade una sensación de falta de control acerca de lo que nos sucederá en el futuro. Eso es la incertidumbre.
La inquietud hacia lo desconocido es normal. De hecho, no es algo exclusivo de los seres humanos, puesto que los animales también experimentan esa sensación.
Charles Darwin afirmaba que “no es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente, sino aquella que responde mejor al cambio”.
Ahora bien, las personas quizás vivamos más intensamente esa sensación de incertidumbre, debido a nuestra naturaleza racional y capacidad de anticipación, recreación, imaginar acontecimientos que no han sucedido, etc… Entonces, la incertidumbre puede desembocar en temor, titubeo e, incluso, ansiedad.
En Ipace sabemos que el punto de partida es conocer nuestro grado de adaptabilidad y flexibilidad actual. No todas las personas reaccionamos igual ante los cambios, pero lo cierto es que, seamos como seamos, siempre resulta más fácil si trabajamos nuestra empatía y comprensión ante situaciones difíciles de interiorizar.

Gestionar la incertidumbre: la curva del cambio

La curva del cambio se basa en los estudios realizados por la psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross , que trabajó en el área de cuidados paliativos y estableció cinco etapas para el duelo: negación, ira, negociación, depresión y aceptación.
En esas fases se basa la curva del cambio:

  1. Negación. Es un cambio que aparece sin avisar y nos deja en estado de shock.
  2. Resistencia. No queremos aceptarlo y ponemos mil excusas antes de asumirlo. Todavía creemos que podemos elegir. Podemos reaccionar de forma activa (exteriorizando nuestro malestar) o de forma pasiva (dejando de hacer tareas, enfado interior…).
  3. Exploración. Vamos asimilando la nueva situación y olvidando nuestro estado anterior. Analizamos los pros y contras. Las personas más optimistas se quedarán con más aspectos positivos y a las más pesimistas les costará sacar una lectura más esperanzadora.
  4. Aceptación. Cuando cambiamos esa parcela de nuestra vida y la aceptamos. Es cuando se abre el abanico y comienza una nueva etapa con todo su potencial.

5 claves para superar la curva del cambio

  1. Imaginar el futuro en positivo. Ya que no sabemos nada de la incertidumbre, ¿por qué no imaginarla a nuestro favor?
  2. Tomar la situación negativa como un reto personal para usarlo como crecimiento personal. Por ejemplo, entereza en las situaciones difíciles; ser más fuertes para que nuestra familia se pueda apoyar en nuestra experiencia y escucha.
  3. Alejarnos del victimismo. A todas las personas nos pasan cosas, dejemos de buscar culpables y centrémonos en buscar la solución para nuestro bienestar.
  4. Dentro de cada nueva situación, tratar de buscar un rincón donde poder seguir haciendo algo que nos gusta y apasiona. Eso nos cargará las pilas. Por ejemplo: seguir pintando, seguir haciendo deporte, seguir tocando la guitarra, seguir viendo a los amigos…
  5. Compromiso. Responsabilizarnos con nuestras decisiones y no tirar la toalla tan rápido. Puede ser un buen momento para madurar interiormente y dar un paso de gigante en nuestro crecimiento personal.

¿Cómo transformar los problemas en oportunidades?

La vida está llena de cambios y estos se pueden ver como problemas o como oportunidades. Esto depende de varios aspectos, como la personalidad de cada cual (intrepidez, apocamiento, pasión, tranquilidad…), o, por ejemplo, si ya hemos experimentado cambios o apenas hemos tenido vivencias. En este caso, cualquier episodio que nos saque de la rutina podría ser el más espantoso desastre.
Estos tres pasos pueden resultarnos útiles para darle la vuelta a una situación adversa y convertirla en oportunidad de mejora:

  • Detectar lo que queremos solucionar e identificar lo que nos molesta.
  • Cambiar de perspectiva. Los problemas no son obstáculos sino revulsivos para salirnos del camino de siempre y así atrevernos a hacer lo que siempre hemos querido. A veces, esas piedras que nos obligan a desviarnos son la única manera de tomar el timón de nuestra vida.
  • Abrir nuestra mente. No tengamos miedo a ser quienes realmente somos, con nuestras propias soluciones. No es necesario buscar una solución perfecta porque nos podría paralizar. Lo significativo aquí es ir avanzando sin miedo a reajustar y a improvisar, aprendiendo a vivir y a utilizar nuestras propias herramientas, talento y habilidades.

Esperamos haber podido ayudarte en tu bienestar gestionando mejor la incertidumbre, algo con lo que debemos lidiar todos los seres humanos nos guste o no porque, como diría Heráclito … lo único que permanece es el cambio.

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