Época de propósitos: crear nuevos hábitos

Época de propósitos: crear nuevos hábitos

Existe una época clave en el año para abordar nuevos hábitos de vida: el inicio del curso escolar.

Una vez superadas las vacaciones de verano y el periodo estival, nos enfrentamos de nuevo a la frenética rutina, a veces aún presas del síndrome postvacacional. Y esa vuelta a lo cotidiano despierta en la mayoría de nosotros y nosotras un deseo de cambio que formulamos a través de propósitos.

¿Por qué septiembre es el mes de los retos?

Pero ¿a qué se debe ese impulso vital por modificar nuestro día a día? ¿Por qué nos invade justo en el mes de septiembre?

La respuesta se debe, en la mayoría de las ocasiones, a las complicaciones de la vida moderna: los problemas para conciliar, el estrés en el trabajo, la falta de atención a nuestros hijos o hijas,  pareja, amistades; el sedentarismo… Asomarnos a ese abismo tras haber pasado dos meses dedicados en mayor medida al esparcimiento, a nuestros seres queridos y a una vida menos sedentaria nos hace replantearnos nuestro futuro. ¿Queremos de verdad volver a la rutina que dejamos atrás? La respuesta, en casi todos los casos, es no.

Además, a este replanteamiento tras un periodo de menor actividad se suma que septiembre es un mes propicio para abordar el cambio. Lo es por dos razones: la primera, que llegamos de una época de descanso, así que nos encontramos fuertes para asumir los retos planteados; la segunda, que se trata de un mes idóneo para tomar la iniciativa, por ejemplo, comenzar una disciplina artística o deportiva, e incluso modificar los horarios de las extraescolares infantiles. En el mes de septiembre, aún estamos a tiempo; transcurridas ciertas semanas, la cosa se complica

La clave para afianzar esos nuevos hábitos

Sin embargo, del propósito a la rutina hay un buen trecho. Dicen las personas expertas que bastan 20 días de implicación para que un reto se convierta en un hábito. Pero no siempre es así. Desde Ipace Psicología Aplicada te vamos a dar algunas pistas para que puedas cumplir tus objetivos este año:

1. Plasma sobre el papel tus propósitos de nuevo curso.

No hay nada mejor que visualizarlos para creérselos. Por ello, te recomendamos que los enumeres en una libreta, en tu aplicación digital de notas o donde creas más oportuno. Lo importante es que los tengas a mano, para no perderlos de vista.

2. Apuesta por objetivos motivantes.

Si no lo son, es más difícil llevarlos a cabo y más fácil caer en una actitud derrotista. Si uno de tus objetivos es hacer deporte, opta por una actividad que te guste, puede ser desde correr a bailar, incluso puedes probar algo totalmente nuevo, la experimentación suele ser una buena aliada en estos casos.

3. Plantea prioridades y un timing determinado.

A veces, el exceso y la imposibilidad de cumplir un buen número de retos hace que fracasemos de manera estrepitosa en todos ellos. El desánimo puede apoderarse de nuestra determinación. Así que, es importante ser cautos. Es decir, plantear objetivos realizables y concederles un orden de preferencia: de más factibles a menos factibles, y de más urgentes a menos para incrementar tu bienestar.

Pongamos un ejemplo:

  • Primer propósito, fácilmente alcanzable (independientemente del resultado): Plantearle a mi jefa mayor flexibilidad horaria para poder entrar y salir antes del trabajo, además de un día de teletrabajo.
  • Segundo propósito: Alimentarme mejor. Pedir cita en mi centro médico y solicitar una guía nutricional o menú adecuado (Sin duda, uno de los grandes retos del mes de septiembre).
  • Tercer propósito: Hacer ejercicio físico una vez a la semana: apuntarme a un gimnasio, quedar con un grupo runners, etcétera (sí, sabemos que lo ideal son de dos a tres, pero como hemos dicho, mejor plantear objetivos realistas).

Es importante además fechar el inicio de todos estos retos, es decir, marcarlos en el calendario: la cita con esa jefa, con el centro de salud y con la actividad física que hayamos escogido.

4. Reorganiza tu tiempo.

Si la adquisición de esos nuevos retos conlleva sacar tiempo para ti, es importante que aprendas a organizarte de maravilla. Créenos, hay tiempo para todo, solo hay que saber gestionarlo eficazmente.

Para ello, puedes usar un calendario donde vengan detalladas las franjas horarias y planificar todas tus semanas. Si vives en pareja y con menores o mayores a cargo, tendrás que hacer gala de consenso, por ejemplo: un día vas a tú al gimnasio y yo a las extraescolares, al día siguiente, al revés. De esta forma, lograrás organizarte mucho mejor y optimizar tu tiempo para encontrar ese equilibrio que necesitas en favor de tu bienestar.

5. Concede a tu tiempo la importancia que merece.

A veces, nuestras prioridades se convierten en secundarias cuando anteponemos las de los demás. Sin embargo, en un núcleo familiar, todos sus miembros tienen necesidades que deben ser satisfechas. Limpiar el hogar, hacer la compra…, todo puede esperar. Hacer ejercicio físico o cuidar de tu salud mental es más importante. Asumir nuevos retos significa estar vivo: querer crecer personal y profesionalmente, perseguir mayores cotas de bienestar, relacionarnos de forma más sana con los demás. No dejes para mañana lo que puedes comenzar hoy. En un año, lo agradecerás. Habrás logrado llevar la vida que deseas o, al menos, acercarte más a ella.

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