La alegría como antídoto de bienestar

La alegría como antídoto de bienestar

No, no se trata de ningún ungüento secreto ni de un ritual de magia cuando nos referimos a la alegría como un remedio maravilloso para mejorar nuestra vida. De hecho, es mucho más terrenal y sencillo que todo eso. La podemos manifestar de una gran variedad de formas, por ejemplo, sintiendo euforia, llenando nuestros ojos de lágrimas o con una magnífica sensación de bienestar.

Como cualquier emoción, la alegría se puede trabajar y mejorar. Así que en Ipace vamos a remangarnos una vez más y averiguar qué está en nuestra mano para que la vida sea un poquito mejor.

Beneficios de la alegría

La alegría es una emoción positiva que aparece como resultado de una situación o sensación que nos agrada. En esas circunstancias generamos un neurotransmisor llamado serotonina, que ayuda a aliviar nuestro estrés y a controlar nuestra ansiedad. Este tipo de neurotransmisores son responsables de gran parte de los procesos que suceden en nuestro organismo. Según la psiquiatra Diana Samuel, la alegría afecta a todas estas partes de tu cuerpo:

  • Cerebro
  • Sistema circulatorio
  • Sistema nervioso autónomo (el que controla las acciones involuntarias)

¿Sabes cómo afecta esto a tu salud? Fíjate en el impacto tan positivo que produce la alegría:

  • Aumenta nuestra creatividad
  • Fortalece nuestras defensas y aumenta el sistema inmunológico
  • Impulsa un estilo de vida más saludable
  • combate el estrés y el dolor
  • Favorece una longevidad de mayor calidad

¿Cómo podemos ser más alegres?

La alegría y el bienestar no siempre conviven a nuestro lado. Situaciones adversas pueden entorpecer el flujo del bienestar y bloquean nuestra felicidad. Por ello, es conveniente que nos entrenemos para tener más presente en nuestras vidas una mente positiva y optimista.

Si en puntos anteriores ha quedado patente la relación entre la alegría y nuestro cuerpo, practicar ciertos hábitos pueden contribuir a que sintamos alegría o, al menos, que esté más presente en nuestras vidas.

  1. El mero hecho de sonreír repercute positivamente en nuestro organismo, pues nuestros músculos mandan la señal al cerebro, haciendo que mejore nuestro estado de ánimo y contribuyendo a reducir el estrés y bajar el ritmo cardíaco. Pensemos en la risoterapia. Es un método que funciona y está estrechamente ligado a la emoción de la alegría.
  2. Hacer ejercicio físico. Si una de nuestras reacciones cuando estamos alegres es movernos y saltar, realizar deporte puede favorecer igualmente nuestro estado de ánimo, ya que liberamos endorfinas y otras sustancias químicas cerebrales naturales. El resultado es un bienestar que puede ayudarnos a combatir la depresión o la tristeza.
  3. Del mismo modo, acariciar animales o dar un paseo por la naturaleza pueden ser” trucos” para que nuestros neurotransmisores se pongan a trabajar y nos suban el ánimo.
  4. Escribir una lista de las cosas que nos hacen felices puede ayudar a sugestionarnos para llevar a la práctica nuestros deseos. ¿Recuerdas cuando hablábamos del diario de gratitud en el post que hablaba de sus beneficios? Si quieres saber más sobre esto te sugerimos que lo leas.
  5. Acércate a las personas que te quieren, te tratan bien y que te hacen feliz. La alegría es contagiosa y las personas positivas sacan lo mejor que tenemos dentro. Por el contrario, los individuos negativos y agoreros nos arrastran irremediablemente a su hábitat. Cuidado con quién te juntas: elige bien a tus compañías y será más fácil que tu vida se llene de alegría.
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