La importancia del crecimiento personal en la felicidad

La importancia del crecimiento personal en la felicidad

Invertir en crecimiento personal es fundamental para alcanzar la felicidad. Porque crecimiento personal significa convicción, realización y motivación. En otras palabras: un motor de vida que nos permite alcanzar nuestras metas y desarrollar el máximo potencial.

¿Cuándo es necesario trabajar el crecimiento personal?

¿Cuándo debemos tomar en serio esta necesidad? Cuando nos levantamos sin ilusión. Cuando nada nos motiva ni nos anima a seguir luchando. Cuando sentimos una gran frustración y, peor aún, no sabemos qué camino tomar para mejorar la situación.

¿Quién no ha atravesado una situación como la descrita? En un mundo como este, donde se nos exige un alto grado de implicación laboral y competitividad. Donde somos personas cuidadoras. Donde las obligaciones chocan de frente con nuestros deseos e incluso con nuestras necesidades más básicas. Donde, a menudo, el sistema decide por nosotros y nosotras. Donde es fácil acomodarse porque el cansancio es una constante. En un mundo como este, perder de vista el objetivo es fácil.

Incluso lo es perder de vista nuestras ambiciones o todo aquello que nos hace verdaderamente felices. En este contexto, más que nunca, fomentar el crecimiento personal resulta vital para no decaer en el intento de, simplemente, vivir como queremos.

¿Qué debemos hacer para iniciar ese crecimiento personal?

En primer lugar, tomar conciencia de que algo no va bien, de que nos sentimos arrastrados y arrastradas por las dinámicas del día a día. Y en segundo lugar, ser conscientes de que esto puede cambiar, de que podemos tomar otro rumbo.

Pedir ayuda a un grupo de profesionales con experiencia en crecimiento personal es el tercer paso. Porque necesitamos las herramientas adecuadas para tomar las riendas de esa transformación. Una transformación que nos llevará toda la vida, porque se trata, más bien, de adoptar la actitud adecuada ante la realidad que, casi siempre, nos viene dada.

Por último, hay que comprometerse. Porque sin duda es necesario invertir tiempo y esfuerzo. Y tener la valentía de luchar contra nuestros propios miedos, de iniciar ese viaje hacia el autodescubrimiento.

Pero ¿a qué nos referimos exactamente cuando hablamos de invertir en crecimiento personal y de hacerlo mediante el autodescubrimiento?

Crecimiento personal: un camino al autodescubrimiento

Suele decirse que el crecimiento personal implica la exploración interior, recorrer el camino del autodescubrimiento. Y así es. ¿Por qué? Porque el crecimiento personal significa avanzar en la conquista de nuestras necesidades y expectativas. Y esta labor requiere de otra quizás más ardua: profundizar en nuestras carencias, deseos, miedos y virtudes.

En definitiva, avanzar requiere conocernos mejor, desde las debilidades a las fortalezas, para superar las primeras y potenciar las segundas.

Solo cuando sabemos realmente quiénes somos y qué queremos en la vida podemos proyectarnos hacia el futuro. Y convertirnos en personas dueñas de nuestro propio destino o, al menos, en parte de él, pues ya hemos hablado en anteriores ocasiones de la necesidad de cultivar la resiliencia, precisamente para mantener el rumbo cuando todo se tuerce a nuestro alrededor.

Sin embargo, ese camino al autodescubrimiento no resulta sencillo. De hecho, es una de las aventuras que si bien resulta ampliamente enriquecedora, es sin duda muy costosa, por lo que implica el enfrentarnos a nuestros más profundos anhelos. Ahora bien, alcanzar la felicidad plena, entendida esta como ese equilibrio vital que nos impulsa, requiere de ese ejercicio de exploración y de aceptación. Sin este último, el crecimiento personal no es posible.

Desde Ipace trabajamos, a través de la psicología aplicada, la consecución de ese equilibrio como antesala del crecimiento personal. Quienes ya lo han conseguido gracias a nuestro apoyo no solo se sienten más capaces, también con mayor seguridad de que ese es el camino.

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