La resiliencia

La resiliencia

En 2020, doce palabras pasaron a formar parte de la lista que la Fundéu, Fundación del Español Urgente, elabora con los términos candidatos a palabra del año. Como podréis adivinar, coronavirus, confinamiento, pandemia o vacuna nutrían el listado. Pero también aparecía una palabra que, como las anteriores, estaba muy presente en los medios de comunicación y que, hasta entonces, no utilizábamos con demasiada frecuencia. Se trataba de resiliencia.

La resiliencia define la capacidad de adaptación y recuperación frente a una situación adversa, como bien apuntaba la Fundéu por entonces. ¡Y cuánto de dicha capacidad necesitamos por entonces! Hoy en día, el término resiliencia se usa ampliamente. Ha calado en nuestro vocabulario y en nuestra forma de entender la vida, esa necesaria adaptación a lo que incluso no imaginamos que puede estar por llegar.

¿Por qué es importante cultivar la resiliencia?

No hace falta enfrentarse a una pandemia sanitaria para darnos cuenta de cómo de imprescindible es la resiliencia. Las personas que, por normal general, afrontan su vida desde esa habilidad, son capaces de cumplir sus objetivos vitales a pesar de las trabas que se suceden en el camino, de llegar más lejos o, cuanto menos, de sufrir menos. Pero ¿por qué? La respuesta es sencilla: se adaptan más y mejor.

Es decir, una persona resiliente tiene la virtud de intuir el cambio y prepararse para el a diferentes niveles: emocional, sociocultural, económico…, para afrontarlo de la mejor manera posible. No solo eso, es capaz de encontrar lo positivo de una situación a priori negativa o, al menos, de sacarle el mayor provecho posible.

Un buen ejemplo de esa capacidad es la que demuestran quienes se ven abocados a dejar su puesto de trabajo, quizás por un despido forzoso o por la extinción de la empresa, y aprovechan la coyuntura para hacer eso que siempre desearon: emprender por cuenta propia una nueva actividad, aprovechar para pasar más tiempo con los seres queridos, escribir un libro, opositar o viajar. A pesar de lo complicado de la situación, esas personas aprovechan la coyuntura para sacar de ella una experiencia vital y positiva.

Resiliencia y salud mental

Y es que, la resiliencia tiene mucho de proactividad y psicología positiva. De hecho, en el campo de la salud mental, la resiliencia es capaz de contrarrestar los efectos de un trauma adquirido, de la depresión, el estrés constante o la ansiedad, pues nos prepara para afrontar el día a día a través de: la confianza en uno o una misma, una actitud positiva y la capacidad de relativizar lo que ocurre a nuestro alrededor y de mantener nuestra mente abierta al cambio de forma constante.

Resiliencia y salud mental

A veces, tendemos a pensar que la vida es esto. El momento en el que vivimos ahora. Sin embargo, como bien sabemos en nuestro fuero interno, nada dura para siempre, afortunadamente tampoco los malos momentos. Así pues, fortalecer la habilidad de afrontar la adversidad nos ayudará también a ser conscientes del cambio, siempre constante, que implica la vida.

Sin embargo, la resiliencia no siempre es innata. A veces es necesario desarrollarla, aprenderla y practicarla. En nuestro centro de psicología aplicada, Ipace, en Vitoria-Gasteiz, sabemos muy bien que eso es posible. De hecho, trabajamos la resiliencia desde distintos ámbitos y técnicas, desarrollando las habilidades precisas con el fin de que nuestros usuarios y usuarias se sientan preparados para afrontar cualquier situación imprevista y salir con fortaleza de ella. Desmoronarse ante las dificultades no es una opción. Pasado el shock inicial que precipita cualquier contratiempo, hay que saber sobreponerse.

No Comments

Post A Comment