Comunicación asertiva o cómo hablar desde el corazón

Comunicación asertiva o cómo hablar desde el corazón

La comunicación es una de las capacidades más importantes que tenemos como individuos, juega un papel fundamental en nuestras interacciones. De hecho, es el vehículo que nos permite acercarnos o alejarnos de otras personas en función de cómo lo hagamos. Si empleamos una comunicación asertiva, nos facilita crear y mantener vínculos, solicitar ayuda, sentirnos apoyados y apoyadas o expresar nuestras necesidades e intereses.

Sin embargo, hasta hace poco, hablar de comunicación o, mejor dicho, de comunicación asertiva resultaba excepcional, tanto en el ámbito privado como en el laboral. Hoy en día, afortunadamente, esta se ha convertido en un pilar fundamental de la cultura emocional de las empresas. También de las relaciones humanas, en cualquier ámbito, y de quienes huyen de la toxicidad.

Y es que, si algo hemos aprendido tras años de experiencia en Ipace es que la salud mental se gesta en entornos que la propicien, domésticos o profesionales. Es decir, lugares de encuentro donde la empatía es un rasgo característico de quienes los frecuentan. Y que esa empatía nos lleva, casi por sí sola, a una comunicación asertiva, desde el corazón.

Cuando la clave pasa por conectar con la otra persona

Quienes vivimos la psicología aplicada sabemos, por tanto, que la empatía es un rasgo fundamental de quienes cultivan la comunicación asertiva.

¿Por qué? Porque esta se basa en el principio de que para conectar con la otra persona, para atender realmente sus necesidades o responder a sus inquietudes, necesitamos escucharla de igual a igual, ponernos en su piel. Y solo así lograremos perpetuar ambientes de trabajo, también domésticos, saludables y efectivos, donde la Comunicación No Violenta sea la tónica predominante.

La comunicación asertiva significa no herir a los demás, pero también ser eficaz en lo que se pretende comunicar

Rasgos de la comunicación asertiva

Para quienes aún no situáis bien este término, deciros que comunicación asertiva consiste en:

Comunicar de manera respetuosa: siendo claros, pero sin herir a quien tenemos enfrente. Por ejemplo, señalando aspectos de mejora sin menoscabar la seguridad de esa persona ni sus logros.
Expresar sentimientos negativos de forma efectiva, es decir, controlada y meditada, sin dejarse llevar por la ira o la frustración.
Saber decir que no de manera tajante pero amable, explicando las razones que nos llevan a ello de manera transparente.
Gestionar los conflictos de raíz, en el momento en que aparecen, y tratando de resolverlos de manera amistosa.
Encajar las críticas desde la autorreflexión y el aprendizaje.
Saber delegar en los demás aquellas responsabilidades a las que no llegamos y confiar en la capacidad de quienes nos acompañan.
No dar nada por sentado, ni que las personas que nos rodean saben realmente cómo nos sentimos ni qué esperamos de ellos.
Apostar por un modelo de trabajo cooperativo y colaborativo, donde se enfaticen las habilidades de cada persona y se defiendan los intereses de todos los miembros del grupo por igual.

La comunicación asertiva es esencial para crear entornos agradables, donde no tengan cabida los problemas de salud emocional

Grandes dosis de asertividad

La asertividad sería así otro rasgo fundamental necesario para cultivar la Comunicación No Violenta. Esa habilidad que nos permite trasladar o verbalizar nuestros sentimientos y opiniones de manera adecuada, es decir, en el momento indicado y sin menospreciar a los demás.

Podría parecer obvio, pero no lo es. Tan solo tenemos que fijarnos en el impacto que está teniendo el estrés o la ansiedad en las plantillas españolas. O en las cifras de personas que sufren problemas de salud mental o emocional.

Las palabras son poderosas y usadas de manera incorrecta o de manera arbitraria pueden poner en peligro la estabilidad de todo un equipo de trabajo

Muchas empresas, por ejemplo, se han convertido, a lo largo de los años, en espacios tóxicos donde las imposiciones, el menosprecio, el ninguneo e incluso los insultos han sido comunes.

Afortunadamente, algo está cambiando, y cada vez más organizaciones incluyen en su ADN planes de bienestar donde la comunicación asertiva es un pilar fundamental. Entendida esta como esa herramienta que nos permite escuchar con atención y expresar nuestras emociones o pensamientos sin dificultad, evitando los malentendidos o el deseo de culpabilizar.

Al fin y al cabo, ¿quién no quiere sentirse respetado en el trabajo o en su hogar? El respeto que deseamos por parte de nuestro entorno comienza por respetarnos a nosotros y nosotras mismas y respetar a los demás.

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